- Hoy tengo ojeras, ¿no?
- Si, encima están negras, dobles he hinchadas, deberías ponerte hielo o te maquillo, ¿puedo?
- Si.
- JAJAJ
Y me tengo que ir, porque siempre que pasan cosas así me río y me voy, no puedo seguir el juego, no me sale, arrugo.
La segunda situación fue en la cocina, cuando los tres terminamos de comer.. Romi ya se había parado y nosotros dos seguíamos sentados. Me paro, porque no iba a quedarme ahí sentada con él, me encantaría pero no da. Y digo “gracias por dejarme esto para lavar!” y me tira el Tupper en la bacha, me empuja y yo no lo dejo pasar, me agarra y lo empujo. Evidentemente ya pasamos el umbral de la confianza a tocarnos. Y LA RE PUTA MADRE.
Cuando vuelvo a mi escritorio apoyo la cabeza en la mesa y pienso en todo esto. Viene Susi, y brujas si las hay, le cuento que me quiero matar, porque hay alguien que me espera en Pergamino mientas yo pienso en este friki. Ya todos los que nos vieron se dan cuenta que nos boludeamos mucho y que siempre es entre nosotros. Cuando lo miro se que me mira y lo de afuera se congela. RICO, ¿NO? Basta, él se lo perdió, mi cabeza debería estar en otro lado, debería estar a 245 km de distancia. No acá pensando en esto ni en él.