Era viernes y había salido del trabajo, estaba caminando por Cabildo y decidí ir caminando hasta mi casa. La llame a Caro para que me acompañe en el teléfono.
Le conté que Gonzalo iba a tocar hoy a la noche y que le deseaba suerte a distancia.
En ese preciso instante me di cuenta que soy una pete.
¿Por qué? porque había jurado que no iba a ser mas tierna con ningún hombre mas, que iba a ser una mina fría y asquerosa porque ya me habían lastimado mucho siendo así.
Pero Caro me sacó la ficha y llegamos a pensar que cuando alguien me gusta puedo ser la mas pete del mundo, me puedo seguir poniendo nerviosa cuando hablo con él o ponerme roja cuando me hablan del tema.
Conclusión: puedo ser la persona menos sentimental del mundo, y ser la mas garca de todas con los hombres, pero cuando uno me interesa realemente, vuelvo a ser la misma pete de siempre.
Por eso con Facundo soy así, y con Gonzalo tan distinta.